Por: Lluís Trabalón Duràn
Relato de la aventura
que representó para mi compañero de fatigas Pau y para mi el ascenso del
Huascarán el verano del 2004. Este nevado se encuentra situado en la
Cordillera Blanca de Perú, cordillera que sin ninguna duda representa la más
bella concentración de montañas de toda la sierra Andina.
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Lluís Trabalón Duràn |
Y allí estábamos mi
compañero Pau y yo en medio de la calle en Huaraz esperando un taxi que nos
llevase a Musho, pueblo desde el cual se emprende la ascensión al nevado
Huascarán. La hora ha llegado, aquello que nos ha quitado el sueño durante los
últimos dos años, aquello por lo cual tanto hemos entrenado y sufrido se
presenta ahora delante de nuestros ojos y aun no podemos creerlo.
Cogemos un taxi
nosotros dos y Julio, un porteador que nos ayudará a portear material hasta
campo 1. Pau y yo somos en esto muy tradicionales; nunca se nos ha pasado por
la cabeza coger un guía y somos muy reacios a utilizar porteadores. En esta
ocasión nos vemos obligados a ello. Nuestro objetivo es el Huascarán Sur (6768
m), pero como este año no se puede subir por su ruta normal decidimos
subir primero el Huascarán Norte (6655 m) y después ya
totalmente aclimatados atacar el Sur por la difícil ruta del Escudo. Para
realizar la ascensión del Escudo necesitamos mucho material extra ( otra
cuerda, más tornillos de hielo, más comida, más estacas….) y por ello nos vemos
obligados a contratar a Julio para que nos ayude en el porteo de campamento
base a campo 1 de todo aquello que necesitaremos por si finalmente las
condiciones nos permiten atacar la cima sur por el Escudo.
Cogemos el taxi y vamos
fijando nuestra mirada en las dos cimas del Huascarán que se van viendo en el
fondo del valle. Estamos ilusionados, esperanzados, confiados, pero también
inquietos. Este año esta siendo un año muy malo en Cordillera Blanca,
tanto por el tiempo como por el deterioro y aumento de dificultat que estan
presentando la gran mayoría de ascensiones. Hasta el Pisco, nevado de 5752
m,que tradicionalmente se ha considerado de fácil acceso presenta este año
dificultades considerables en su ruta normal de ascenso. Nosotros hasta ahora
no nos hemos salvado de esta situación. Empezamos bien con un trekking hasta el
Campo Base del nevado Huantsán. Después en el valle de Ishinca pudimos ascender
al Urus de 5420 m y al Ishinca de 5534
m ( aunque nos hubiera gustado
subir al Toclaraju de 6032 y debido a sus malas condiciones renunciamos al
intento). Finalmente y como puesta a punto definitiva para atacar con garantías
el nevado Huascarán nos dirigimos al nevado Copa de 6188 m para reabrir después
de semanas su ruta normal de ascenso. El enorme riesgo de caer en una de las
innumerables tapadas grietas que cruza la ruta de ascenso, unido a que
estabamos más solos que la una en toda esa montaña nos obliga por prudencia a
retirarnos. ¿ Y el Huascarán? Pues la verdad es que no conocimos a nadie
en Huaraz que lo hubiera subido este verano excepto un guía que había
subido con unos clientes. Nos dice que el tramo de la Garganta este año no
presenta en principio riesgo de caída de séracs, pero que entre C1 y C2 hay un
paso delicado en una grieta que esta echando para atrás a algunos de los pocos
que estan atacando esta cima. Como la dificultat es más técnica que peligrosa
decidimos atacar, marcandonos como objetivo la cima norte que es la que
se esta subiendo. La cima sur solo la han subido por el Escudo dos cordadas
este año, y debido a las nevadas su situación actual es incierta. Allí
decidiremos sobre esta última, esa es nuestra estrategia.
De camino a Musho estoy
algo nervioso en el taxi. Estos tios conduciendo estan locos y encima yo que
voy de copiloto el cinturón no me funciona. Espero que no nos demos una ostia……pues
dicho y hecho. Un coche parado en la carretera, parece que arranque, frena de
nuevo, y nuestro taxista el empanado se lo come. Me cago en…..menos mal que he
puesto las manos en el salpicadero, sinó al igual me comó el cristal. Por
suerte solo el morro del coche chafado pero poco más. Pues si que empezamos
bien…..Después de unas pequeñas discusiones y rehacer el camino nos para
la policía. Resulta que el pobre taxista no tenía los papeles en regla. Multa
al canto. Y nosotros que nos preguntamos: ¿ todo va a
ir así de mal? Si es así mejor nos damos la vuelta.
Musho, pueblecito
a 3000 m famoso por ser punto de partida del Huascarán. Contratamos en una
agencia dos mulas para que nos suban el material hasta campo Base. Subiendo
poquito a poquito vamos subiendo hacia este. Los dos Huascarán nos impresionan
cada vez que levantamos la mirada. La paret norte del Huascarán norte es
impresionante. Por allí han subido grandísimos alpinistas como Casarotto y
otros chalados. ¿ Que por qué? Zummmmmmmmm, alud en la paret norte, por eso ,
por eso. Menos mal que no subiremos por allí. Charlando lo que podemos
Pau y yo vamos subiendo un poco con el gancho. Estos tios ( el arriero,
Julio y también las mulas) suben a toda leche. Como se nota que estan
aclimatados de vivir aquí!! Por fin y después de más de 3 horas llegamos al
campo Base. Menudo festival del humor. Ni un alma. Julio nos dice que otros
años en esta época hay que coger ticket. Estamos a 4200 m y los 1200 metros de
subida se notan, y eso que las mochilas las han subido las mulas. Plantamos las
dos tiendas: una para nosotros y la otra para Julio. Nuestra obligación es
darle cobijo y de comer. Es un buen tipo, y conoce bien a los extranjeros. El
tipo estuvo dos años trabajando en Japón…..quien se lo imagina cuando lo ve.
Cenamos y a las 6 de la tarde contemplamos emocionados una bonita puesta de
sol. Se hace de noche temprano temprano, pero no porque sea invierno, en verano
el día solo se alarga tal vez media hora. Y ya no estamos solos, otra
expedición ha subido al base. Un tipo alemán, su guía austríaco y tres porteadores
y un par de cocineros.
Salimos de CB cargados
como mulas. Cada uno llevaremos unos 25 kilos, y nos tomaremos con calma la
subida hasta campo 1. Solo salir una trepada de tercero. Con esa mochila como
un sexto. A continuación y por enormes losas de granito que entraman un
laberinto vamos subiendo por una zona que aún no hace demasiadas décadas cubría
el glaciar. La gente de la zona esta muy muy preocupada. Julio nos dice que
hacia el 2050 han calculado que habrán desaparecido muchos de los glaciares de
Cordillera; y eso no solamente significa pérdida de turistas, el agua de toda
la zona depende en invierno de estos! Llegamos cansados a un rellano donde se
encuentra el refugio de Huascarán o Don bosco a 4670 m. Decidimos entrar a
charlar con el guarda. Un tio muy muy simpático. Nos tomamos los tres un trozo
de bizcocho y yo además un mate de coca. Esta buenísimo. El refu es carísimo,
pero como el dinero de este refugio, como el de los otros existentes en
cordillera, va destinado a los niños pobres del Perú no nos duele. La vista
desde aquí de los dos Huascarán es tremenda. Cogemos los bártulos y de nuevo
para arriba. Pasamos por lo que constituye el campo morrena “alguna tienda” y
seguimos en dirección el glaciar.
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Pasamos por lo que constituye el campo morrena “alguna tienda” y seguimos en dirección el glaciar.
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Nosotros
subiremos hasta campo 1 a 5200 m, situados plenamente dentro del glaciar.
Llegamos al inicio del glaciar. Crampones, piolet y para arriba. La pendiente
es suave, el camino por recorrer aún es largo. Y la mochila pesa cada vez más.
De repente vemos unos puntitos progresando por el Escudo. Si señor, nos estan
abriendo la huella….pero, es tardísimo, como estan aún subiendo por allí si son
la una del mediodía? No se, ya veremos que hacen. Seguimos progresando desencordados.
El camino esta marcado por una buena huella pero hay que cruzar con precaución
alguna que otra grieta donde hay que dar un pequeño saltito. Nos cruzamos con
un par de expediciones: una formada por una persona y la otra por dos. Las dos
van con guía y porteadores todo el tiempo. Nos comentan que solo uno de los
clientes ha llegado a la cima del norte. Buena señal, sabemos que se puede
subir. Finalmente llegamos a campo 1. Yo en plena forma, mi compañero Pau
lo ha pasado un poco mal. Plantamos tienda, recuperamos un poco y Julio dice
que ya se va. Teóricamente tenía que bajar al día siguiente, pero dice que
bajará y dormirá con los cocineros de la otra expedición que se quedan en el
campo base. Ok, se lo agradecemos y nos deja otra vez más solos que la
una. Nos entretenemos contando aludes y estudiando el tramo de la Garganta que
empieza delante nuestro.
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Salimos hacia la Garganta dejando atrás campo 1 situado entremedio de muchísimas grietas
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Este será el tramo clave de la ascensión. Y esos
séracs colgando encima de la ruta…..menos mal que los aludes y séracs que caen
y contamos caen bastante más a la derecha…que sinó…..Pero no me quedo tranquilo
del todo. Llega de nuevo la otra expedición, sin los cocineros que se quedan en
el base. Se hace de noche, hace muchísimo frío y los tipos del Escudo aún no
han bajado. Tenemos miedo. ¿Les habrá pasado algo? Sopla un viento gélido.
Contemplamos la puesta de sol; ya hemos cenado y fundimos nieve para tener agua
para el día siguiente. Salimos de la tienda y vemos a dos frontales de bajada
en la parte baja del Escudo. Pobre gente, se les ha hecho de noche y lo van a
pasar muy mal para bajar de allí. Y tienen que cruzar el laberinto de grietas y
séracs de la Garganta! Por un momento pienso que en cualquier momento pueden
pedirnos ayuda. Me cago de miedo. Por un momento pienso en altruista, al
momento me vuelvo egoísta. Si se diera la situación: ¿nosotros tenemos que
meternos de noche en ese entramado de grietas del cual no conocemos nada para
ir a salvar a unos tios que deberían haber dado la vuelta hace horas? No se
como reaccionaría si sucediera, pero el miedo de meterme allí de noche me
hace creer que tal vez no les ayudaría. Veía en esos instantes más fácil
matarme cayendo en una grieta antes de llegar a ellos, que bajarlos sanos y
salvos. Por suerte eso no sucedió y los tíos llegaron como a las 3 de mañana
sanos y salvos al campamento. Hablaron un rato con los porteadores de la otra
expedición y se fueron para abajo. Al día siguiente con detalle los porteadores
nos explicaron que eran dos chilenos que habían subido en el día desde el base
y que se iban para Musho directamente. Menudos máquinas, a su lado nosotros
unos palanganas. Los tíos habían subido 2500 metros en el día, encima habían
hecho cima por el Escudo, y se metían a continuación 3700 m de bajada hasta
Musho. Desde luego, si no lo veo no lo creo.
Nos levantamos a las
cinco y pico de la mañana y comemos alguna cosita. Hace un frío que
da que pensar salir del saco. Por fin decidimos salir, recoger y prepararnos
para salir. El viento sigue soplando y vemos que nos espera un día muy duro. La
otra expedición se marcha antes que nosotros. Nosotros dejamos una de nuestras
dos tiendas. Una tienda de superexpedición Quechua de 5000 pelas. La anclamos
lo mejor que podemos porque con el viento parece que vaya a despegar en
cualquier momento. ¿Cutre? Pues si, pero el presupuesto era el que era: o sea
todo de nuestro bolsillo. De todas maneras todo y el viento esperamos que la
comida, la cuerda y los cacharros que dejamos en su interior faciliten que no
acabe en Huaraz. Salimos hacia la Garganta dejando atrás campo 1 situado
entremedio de muchísimas grietas. Estoy nervioso, emocionado, asustado; es una
sensación difícil de explicar. El pasaje que vamos a pasar poco a poco nos va
sorprendiendo: es precioso; pero esos séracs sobre nuestras cabezas, esas grietas….Vamos
avanzando en ensamble. Primero debemos pasar una bonita grieta por un puente de
nieve de 60º, a continuación hacemos una bonita travesía por una especie de
loma entre otras dos enormes grietas. A continuación entramos en un especie de
laberinto entre seracs. No vemos nada más que los seracs que nos rodean y entre
los cuales vamos avanzando. Ese tramo era realmente espectacular, con subiditas
y bajaditas. Por suerte el camino estaba indicado con unas banderolas rojas que
colocan los guías a principios de temporada, porque sino en este laberinto de
seracs y grietas….Dejamos atrás este zona más llana y empezamos a subir ya por
pendientes moderadas de 40-50º entremedio de más séracs. Aun no nos da el sol y
sopla el viento. La sensación de frío no es muy grande porque el arrastrar
nuestras pesadas mochilas nos hace entrar en calor. Saltamos un par de grietas
sin mucha dificultat. A continuación llegamos a una marcada grieta. La ostia!
Menuda grieta. Y no se ve el fondo. Bueno, pues nada, uno deberá saltar y el
otro asegurar con el piolet. Salta primero Pau sin problemas. Me advierte que
en la plataforma de aterrizaje, el final de un antiguo puente que cruzaba la
grieta lo que hay es hielo, así que ojito. Salto, aterrizo y bajo la adrenalina
acumulada. Es un salto de un par de metros, pero en subida, con la mochila en
la espalda y la tensión por las nubes no es moco de pavo. Continuamos y
enseguida vemos a la otra expedición. El guía esta escalando un tramo vertical
de salida de una grieta. Saludamos, miramos y ponemos cara de susto. Menuda
grieta. Se tiene que entrar dentro de ella, pasar por un minipuente de nieve
colgado que más que nieve es hielo y salir de ella escalando unos 5 metros o
así a 90-95º. El guía austriaco acaba el paso, monta arriba reunión y se
dispone a que los porteadores le pasen las mochilas. Los porteadores, con los
que colaboramos, le pasan las mochilas de la expedición. Como pesa descolgar
las malditas mochilas!! Y mira que si se cae una…Poco a poco va recibiendo el
material en el otro lado y también pasa el cliente. A continuación los
porteadores, el último de los cuales nos encargamos nosotros de asegurar
también por la parte de detrás con nuestra cuerda. Una vez todos estan en el
otro lado el guía nos dice que pase uno de nosotros, que con nuestra cuerda
asegura a uno de nosotros. De coña, el pasito lo hubieramos abierto aunque
sufriendo pero ya que el guía se ofrece…Pau pasa asegurado por delante y detrás
y con mochila. Después me asegura desde el otro lado y primero le paso la mochila
y a continuación paso yo asegurado solo por delante. Emocionante paso.
Recogemos la reunión de estacas que nos ha dejado el guía y seguimos para
arriba. Por fin ya nos da el sol en las caras aunque el fuerte viento sigue
torturándonos. Pasamos por debajo de los seracs por los cuales se inicia la via
del Escudo. Parece asequible, pero el tener que subir el mismo día desde C1 lo
hace una tarea muy dura. Seguimos progresando ahora en travesía hacia la
izquierda dirigiéndonos hacia el collado de la Garganta. El Huascarán Norte
parece tocar el cielo ante nuestras miradas. A nuestra derecha seracs y seracs
colgados. Esta zona desgraciadamente se ha llevado muchas vidas otros años e
incluso a veces a llegado a tragarse el C2 entero. Este año parece que el monstruo
esta durmiendo. Por si acaso no gritaremos para evitar despertarlo. Esquivamos
algunas grietas gigantescas ( alguna tal vez de hasta 100 m de lado a lado) y
nos vamos aproximando hacia campo 2. En esta zona entro en crisi. Me quedo sin
fuerzas y lo paso muy mal. Hoy en cambio Pau esta bien, eso es lo que tiene la
altura, depende del día estas de coña o hecho polvo. Primero diez pasos y un
minuto de descanso, al final dos pasos y como 2-3 minutos de descanso. Estuve
como una hora para hacer un trozito de nada!!
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Esta noche subir allí será un infierno le digo a Pau. Pues si, me responde él, ¿pero a eso habíamos ido, no?
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Por fin llegamos a
campo 2 a unos 6000 m, en el collado la Garganta entre los dos Huascarán. Hace
un viento tremendo, y el frío todo y hacer sol es más que considerable. Según
Pau estamos a –8 grados y son las doce del mediodía. Esta noche esto será un auténtico
congelador, y como no cese el viento….Montamos la tienda en una plataforma
junto a las tiendas de la otra expedición. Tenemos muchísimos problemas, no
podemos montarla con el maldito viento. Su tienda ni se mueve, la nuestra
no resiste el viento. No es que fuera mala mala, una Ferrino de 4 estaciones y
200 euros, pero para esta situación hubieramos necesitado como ellos una de
esas de 600 euros. Como podemos plantamos la tienda y nos metemos en ella.
Estamos destrozados y la tienda parece que no va a aguantar. Enseguida nos
metemos dentro del saco. Es donde mejor se esta. Da igual que aun sea mediodía.
Comemos, fundimos nieve y el viento no deja de soplar. Esta noche subir allí
será un infierno le digo a Pau. Pues si, me responde él, ¿pero a eso habíamos
ido, no?. Llega la gélida noche. Los dos dentro del saco con los botines
puestos, con el agua dentro del saco ( en el Copa durmió fuera a 5200 m y
por la mañana estaba completamente helada), con la cámara de fotos dentro del
saco, con gorro, con guantes, con los pantalones de gore, con el forro, con el
plumón!! Solo me faltaba por ponerme la chaqueta goretex!! Dormir dormir poco
dormimos. La tienda seguía recibiendo fuertes ráfagas de viento.
3 de la mañana. Hora de
salir. Me pregunto: que coño me darán allá arriba para ir con este tiempo con
lo “bien” que estoy dentro del saco. Pues nada, o ahora o nunca. Comemos un par
de barritas energéticas y salimos de la tienda. Hace un frío infernal. Como la
diferencia día-noche habíamos visto que era de unos 15 grados, eso nos hacía
calcular que estabamos a unos –23º C. Nunca en mi vida había llevado tanta
ropa. Salimos de la tienda, rodeamos una gran grieta que delimita el collado de
la Garganta y seguimos para arriba. No sabemos muy bien por donde es el camino.
Da igual, recto para arriba. Va Pau de primero y subimos primero unas rampas de
unos 50-60º hasta que empalmamos con el camino que resulta que no subía tan
directo. Giramos a la izquierda en dirección a una gran grieta cruzada por un
gran puente. Lo cruzamos y acto seguido el camino se pone tieso tieso. Le digo
a Pau que me deje pasar a mi. Paso y empieza el tramo más difícil de la
escalada. Con la técnica del piolet tracción voy avanzando por esa rampa de
unos 60-65º. Bajo nuestros pies no hay nieve, el hielo del glaciar aflora
directamente en este primer tramo. Despacito y con mucha prudencia voy
avanzando. El frío sigue siendo insoportable, el viento no cesa. Miro para
atrás, no veo nada, miro para abajo, ahora si veo a Pau. Joder que tieso es
eso, si nos caemos nos damos una leche que no veas. Pienso: deberíamos poner
algun tornillo por si acaso; pero al instante vuelvo a pensar: ¿con este frío
me voy a parar? Nada, para arriba pitando, como se suele decir prohibido caerse
y cima y para abajo. El hielo poco a poco se va conviertiendo en nieve. Pau
vuelve a pasar. Le digo que tengo muchísimo frío, que en ese rellano que venía,
donde la montaña hace una especie de hombro, paremos a esperar que salga el
sol, ya no le queda mucho. Llegamos al rellano pero no encontramos ningún lugar
resguadado del viento. Pau se sienta, yo me siento entre sus piernas y nos
cubrimos con una manta térmica. Lo estabamos pasando fatal. Yo no me sentía los
pies desde hacía ya rato. Después de cinco minutos vemos que nos estamos quedando
helados. Si nos quedamos allí nos quedaremos tiesos así que de nuevo tiramos
para arriba. Pau se pone ahora delante. La cima parece estar no muy lejos y se
ve allí al final en forma de pirámide ( lo que nos pensábamos que era la cima).
Continuamos progresando directos hacia la cúpula de la pirámide. La nieve hay
tramos que deja paso al hielo y pasamos tramos de nuevo de 60-65º. Se esta
haciendo de día, el sol empieza a darnos por fin pero al mismo tiempo se nos
esta echando la niebla encima. Me paró unos instantes a ver la cara del
Huascarán sur que da al collado de la Garganta. Menudas grietas, no me extraña
que no se pueda pasar. Allí a nuestros pies el C2 a 6000 metros parece ya tan
abajo… aunque también parece que un resbalón nos traería a él directamente.
Llegamos a la cima envueltos en la niebla. Maldita sea, no es la cima, la cima
se ve al fondo y ahora debemos seguir por la arista cimera. Continuamos por la
arista cimera muertos de frío y totalmente fundidos. Finalmente al cabo de unos
minutos llegamos a la cima a 6655 m. No se veía un pimiento, eran las 7’30 h. ,
el viento era insoportable y estaríamos entre –25 y –30º C. Tanto tiempo
esperando ese momento, el sentirme en las nubes, haber realizado un sueño, ver
las hermosas vistas desde el cielo, y en lugar de eso estaba muerto de frío,
asqueado y lo único que quería era irme de ese infierno. Nos abrazamos un
instante e intentamos sacar la camara de la mochila. Mis dedos completamente
helados me impiden sacar la mia, Pau en cambio consigue sacar la suya. Juntamos
las cabezas y nos echamos una foto.
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Nos hubiera gustado ver el Alpamayo, el Artesonraju, posar de modelitos de esta manera, de esta otra, y solo estamos en la cima el tiempo justo de tirarnos una triste foto e irnos. Así es la montaña
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Nos hubiera gustado ver
el Alpamayo, el Artesonraju, posar de modelitos de esta manera, de esta otra, y
solo estamos en la cima el tiempo justo de tirarnos una triste foto e irnos.
Así es la montaña, unas veces se gana otras se pierde, unas veces es como tu te
esperas y otras totalmente al revés. Da igual no celebrar la cima como tu
te esperas, es con posterioridad cuando uno se da cuenta de lo que ha hecho y
cuando sientes que has realizado tu objetivo cuando te sientes satisfecho. La
cima no es nada más que el final de un largo camino y que marca el final de
nuestro objetivo. ¿Que no hay vistas?. Lo que importa es realizar aquello por
lo que tanto has luchado, sentir que te has superado y lo has logrado. Ese es
según entiendo el espíritu que me lleva a las montañas. Empezamos el
descenso. Me empiezo a preocupar por la situación de mis extremidades. Los pies
hace horas que no me los siento. ¿ Como puñetas bajaremos aquella zona de allá
bajo tan tiesa? ¿ Rapelando?. No se, me da igual, nosotros solo queríamos
bajar. A velocidad vertiginosa en medio de la niebla seguimos bajando. El tramo
final habíamos cogido un camino erróneo, las huellas subían dando un rodeo por
terreno más cómodo. Bajamos por aquí. Saltando una rimaya rompo el puente por
el que pasava y estoy a punto de caer en la grieta. Menos mal que al ver que se
me hundía el suelo he pegado un salto, he clavado los piolos y solo he metido
una pata dentro. Menudo susto. Seguimos bajando y llegamos a la zona tan tiesa
que habíamos pasado por la mañana. Lo vemos claro, se puede desgrimpar. Com
mucho cuidado vamos bajando primero de cara y finalmente el trozo de hielo más
empinado de espalda en piolet tracción. Había una estaca con un cordino para
rapelar este tramo, pero por pereza de montar el rápel destrepamos con mucha
mucha prudencia. Pasado este delicado tramo ya nos dirigimos finalmente y
llegamos al campamento 2 muy fatigados, más por el frío que por cualquier
otra cosa. Le preguntamos a los porteadores de la otra expedición que si los
suyos han subido. Nos indican que se ven a lo lejos como aun estan bajando y
eso que han salido mucho antes que nosotros a la 1 de la madrugada. Nos los
habremos cruzado durante el descenso y ni los hemos visto. Les decimos que nos
tiren ahora si una foto en condiciones de cima: posamos por fin felices y
contentos con nuestras banderolas. Descansamos un rato dentro de la tienda.
Sigo teniendo los pies fatal, aun no me los siento en absoluto, y empiezo a
pensar seriament que puedo padecer congelaciones. Prefiero no mirarlos; debemos
bajar rápido el tramo de la Garganta antes que el sol del mediodía convierta
los puentes en plastelina. Desmontamos la tienda y bajamos de nuevo la
zona de la Garganta. Debajada debemos superar de nuevo el paso clave de la
grieta que nos encontramos al subir. Ponemos una estaca y rapelamos y con mucha
precaución conseguimos cruzarla. Detrás nuestro la otra expedición también
cruza y aprovechan nuestra estaca abandonada para rapelar. De nuevo superamos
unas grietas con unos saltitos y llegamos al mediodía hechos polvo a campo 1.
En este momento si que me quito las botas y compruebo el estado de mis pies.
Como era de esperar si he sufrido congelaciones, concretamente en el dedo gordo
del pie izquierdo. Con un tiempo así debería haber llevado cubrebotas. Mientras
Pau hace la comida yo me hago friegas en este dedo. Esta de la mitad para
arriba todo morado y tiene un par de zonas negras. Cuando llegan los
porteadores de la otra expedición se lo enseño. Me dicen que no tema; que me de
muchas friegas y agua caliente y que no lo perderé; aunque puede ser que me
quede un poco tocado de por vida. Poco a poco mediante los dos sistemas este va
perdiendo el color morado poco a poco. Como con el pie así no voy a ningún lado
y dadas las malas condiciones climatológicas decidimos obviamente renunciar a
la cima sur y al Escudo y bajamos de nuevo hacia el refugio morrena. Allí como
en la subida paramos a comer alguna cosa y a explicar la història del ascenso.
Todos alucinaron con nosotros, el director del refugio decía: unos chicos tan
jóvenes y habeis sido capaces de subir este año sin guía ni porteadores. Y la
verdad es que tenía razón porque en todo Cordillera no vimos a ninguna cordada
tan joven como la nuestra ( Pau 23 y yo 24 ). Pues eso, que nos tomamos un buen
bizcocho y yo con el pie entero metido en una palangana con agua caliente. Como
me miraba la gente cuando me veía!. Después de dormir en la tienda junto
al refugio vamos de nuevo a este a desayunar y a despedirnos. Nos despedimos
muy acaloradamente del director del refugio. Es un hombre estupendo y nos trato
tan tan bien como a un hijo. Al despedirnos casi me entraban ganas de llorar
por no volver a ver seguramente jamás a dicha persona. La verdad es que le
cogimos cariño. Justo cuando nos ibamos aparece un tipo preguntando por
nosotros. Nosotros alucinamos ya que no habíamos quedado con los arrieros ni
nada porque no sabíamos cuando ibamos a bajar. El nos dice que nos viene a
buscar, que ha subido para ver si estamos sanos y salvos y por si ese día bajamos
para decirnos que en el base estan las mulas esperando hasta que el baje. Le
decimos que bajamos con él. Bajamos de nuevo hasta el campo Base, cargamos las
mochilas en las mulas y para Musho que esto ya se acaba. Después de la
interminable bajada llegamos a Musho totalmente destrozados. El objetivo esta
cumplido y estos cinco días en el Huascarán nos han dejado aún más rendidos. De
nuevo en Musho pasamos por la oficina del Parque Nacional Huascarán. Tenemos
que decir allí que hemos bajado para que sepan que no nos ha pasado nada. A
continuación cogemos un taxi y de nuevo para Huaraz. Los siguientes días toca
recuperarse, especialmente mi dedo y hacer un poco el dominguero!! Bueno,
espero que os haya gustado este relato. Para mi fue todo una aventura y es sin
duda una experiencia que recordaré toda mi vida. Ta luego lucas!!
1 comentario:
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