Por: Lluís Trabalón Duràn
Relato de la aventura
que representó para mi compañero de fatigas Pau y para mi el ascenso del
Huascarán el verano del 2004. Este nevado se encuentra situado en la
Cordillera Blanca de Perú, cordillera que sin ninguna duda representa la más
bella concentración de montañas de toda la sierra Andina.
Lluís Trabalón Duràn |
Cogemos un taxi
nosotros dos y Julio, un porteador que nos ayudará a portear material hasta
campo 1. Pau y yo somos en esto muy tradicionales; nunca se nos ha pasado por
la cabeza coger un guía y somos muy reacios a utilizar porteadores. En esta
ocasión nos vemos obligados a ello. Nuestro objetivo es el Huascarán Sur (6768
m), pero como este año no se puede subir por su ruta normal decidimos
subir primero el Huascarán Norte (6655 m) y después ya
totalmente aclimatados atacar el Sur por la difícil ruta del Escudo. Para
realizar la ascensión del Escudo necesitamos mucho material extra ( otra
cuerda, más tornillos de hielo, más comida, más estacas….) y por ello nos vemos
obligados a contratar a Julio para que nos ayude en el porteo de campamento
base a campo 1 de todo aquello que necesitaremos por si finalmente las
condiciones nos permiten atacar la cima sur por el Escudo.
Cogemos el taxi y vamos
fijando nuestra mirada en las dos cimas del Huascarán que se van viendo en el
fondo del valle. Estamos ilusionados, esperanzados, confiados, pero también
inquietos. Este año esta siendo un año muy malo en Cordillera Blanca,
tanto por el tiempo como por el deterioro y aumento de dificultat que estan
presentando la gran mayoría de ascensiones. Hasta el Pisco, nevado de 5752
m,que tradicionalmente se ha considerado de fácil acceso presenta este año
dificultades considerables en su ruta normal de ascenso. Nosotros hasta ahora
no nos hemos salvado de esta situación. Empezamos bien con un trekking hasta el
Campo Base del nevado Huantsán. Después en el valle de Ishinca pudimos ascender
al Urus de 5420 m y al Ishinca de 5534
m ( aunque nos hubiera gustado
subir al Toclaraju de 6032 y debido a sus malas condiciones renunciamos al
intento). Finalmente y como puesta a punto definitiva para atacar con garantías
el nevado Huascarán nos dirigimos al nevado Copa de 6188 m para reabrir después
de semanas su ruta normal de ascenso. El enorme riesgo de caer en una de las
innumerables tapadas grietas que cruza la ruta de ascenso, unido a que
estabamos más solos que la una en toda esa montaña nos obliga por prudencia a
retirarnos. ¿ Y el Huascarán? Pues la verdad es que no conocimos a nadie
en Huaraz que lo hubiera subido este verano excepto un guía que había
subido con unos clientes. Nos dice que el tramo de la Garganta este año no
presenta en principio riesgo de caída de séracs, pero que entre C1 y C2 hay un
paso delicado en una grieta que esta echando para atrás a algunos de los pocos
que estan atacando esta cima. Como la dificultat es más técnica que peligrosa
decidimos atacar, marcandonos como objetivo la cima norte que es la que
se esta subiendo. La cima sur solo la han subido por el Escudo dos cordadas
este año, y debido a las nevadas su situación actual es incierta. Allí
decidiremos sobre esta última, esa es nuestra estrategia.
De camino a Musho estoy
algo nervioso en el taxi. Estos tios conduciendo estan locos y encima yo que
voy de copiloto el cinturón no me funciona. Espero que no nos demos una ostia……pues
dicho y hecho. Un coche parado en la carretera, parece que arranque, frena de
nuevo, y nuestro taxista el empanado se lo come. Me cago en…..menos mal que he
puesto las manos en el salpicadero, sinó al igual me comó el cristal. Por
suerte solo el morro del coche chafado pero poco más. Pues si que empezamos
bien…..Después de unas pequeñas discusiones y rehacer el camino nos para
la policía. Resulta que el pobre taxista no tenía los papeles en regla. Multa
al canto. Y nosotros que nos preguntamos: ¿ todo va a
ir así de mal? Si es así mejor nos damos la vuelta.
Musho, pueblecito
a 3000 m famoso por ser punto de partida del Huascarán. Contratamos en una
agencia dos mulas para que nos suban el material hasta campo Base. Subiendo
poquito a poquito vamos subiendo hacia este. Los dos Huascarán nos impresionan
cada vez que levantamos la mirada. La paret norte del Huascarán norte es
impresionante. Por allí han subido grandísimos alpinistas como Casarotto y
otros chalados. ¿ Que por qué? Zummmmmmmmm, alud en la paret norte, por eso ,
por eso. Menos mal que no subiremos por allí. Charlando lo que podemos
Pau y yo vamos subiendo un poco con el gancho. Estos tios ( el arriero,
Julio y también las mulas) suben a toda leche. Como se nota que estan
aclimatados de vivir aquí!! Por fin y después de más de 3 horas llegamos al
campo Base. Menudo festival del humor. Ni un alma. Julio nos dice que otros
años en esta época hay que coger ticket. Estamos a 4200 m y los 1200 metros de
subida se notan, y eso que las mochilas las han subido las mulas. Plantamos las
dos tiendas: una para nosotros y la otra para Julio. Nuestra obligación es
darle cobijo y de comer. Es un buen tipo, y conoce bien a los extranjeros. El
tipo estuvo dos años trabajando en Japón…..quien se lo imagina cuando lo ve.
Cenamos y a las 6 de la tarde contemplamos emocionados una bonita puesta de
sol. Se hace de noche temprano temprano, pero no porque sea invierno, en verano
el día solo se alarga tal vez media hora. Y ya no estamos solos, otra
expedición ha subido al base. Un tipo alemán, su guía austríaco y tres porteadores
y un par de cocineros.
Salimos de CB cargados
como mulas. Cada uno llevaremos unos 25 kilos, y nos tomaremos con calma la
subida hasta campo 1. Solo salir una trepada de tercero. Con esa mochila como
un sexto. A continuación y por enormes losas de granito que entraman un
laberinto vamos subiendo por una zona que aún no hace demasiadas décadas cubría
el glaciar. La gente de la zona esta muy muy preocupada. Julio nos dice que
hacia el 2050 han calculado que habrán desaparecido muchos de los glaciares de
Cordillera; y eso no solamente significa pérdida de turistas, el agua de toda
la zona depende en invierno de estos! Llegamos cansados a un rellano donde se
encuentra el refugio de Huascarán o Don bosco a 4670 m. Decidimos entrar a
charlar con el guarda. Un tio muy muy simpático. Nos tomamos los tres un trozo
de bizcocho y yo además un mate de coca. Esta buenísimo. El refu es carísimo,
pero como el dinero de este refugio, como el de los otros existentes en
cordillera, va destinado a los niños pobres del Perú no nos duele. La vista
desde aquí de los dos Huascarán es tremenda. Cogemos los bártulos y de nuevo
para arriba. Pasamos por lo que constituye el campo morrena “alguna tienda” y
seguimos en dirección el glaciar.
Nosotros
subiremos hasta campo 1 a 5200 m, situados plenamente dentro del glaciar.
Llegamos al inicio del glaciar. Crampones, piolet y para arriba. La pendiente
es suave, el camino por recorrer aún es largo. Y la mochila pesa cada vez más.
De repente vemos unos puntitos progresando por el Escudo. Si señor, nos estan
abriendo la huella….pero, es tardísimo, como estan aún subiendo por allí si son
la una del mediodía? No se, ya veremos que hacen. Seguimos progresando desencordados.
El camino esta marcado por una buena huella pero hay que cruzar con precaución
alguna que otra grieta donde hay que dar un pequeño saltito. Nos cruzamos con
un par de expediciones: una formada por una persona y la otra por dos. Las dos
van con guía y porteadores todo el tiempo. Nos comentan que solo uno de los
clientes ha llegado a la cima del norte. Buena señal, sabemos que se puede
subir. Finalmente llegamos a campo 1. Yo en plena forma, mi compañero Pau
lo ha pasado un poco mal. Plantamos tienda, recuperamos un poco y Julio dice
que ya se va. Teóricamente tenía que bajar al día siguiente, pero dice que
bajará y dormirá con los cocineros de la otra expedición que se quedan en el
campo base. Ok, se lo agradecemos y nos deja otra vez más solos que la
una. Nos entretenemos contando aludes y estudiando el tramo de la Garganta que
empieza delante nuestro.
Este será el tramo clave de la ascensión. Y esos
séracs colgando encima de la ruta…..menos mal que los aludes y séracs que caen
y contamos caen bastante más a la derecha…que sinó…..Pero no me quedo tranquilo
del todo. Llega de nuevo la otra expedición, sin los cocineros que se quedan en
el base. Se hace de noche, hace muchísimo frío y los tipos del Escudo aún no
han bajado. Tenemos miedo. ¿Les habrá pasado algo? Sopla un viento gélido.
Contemplamos la puesta de sol; ya hemos cenado y fundimos nieve para tener agua
para el día siguiente. Salimos de la tienda y vemos a dos frontales de bajada
en la parte baja del Escudo. Pobre gente, se les ha hecho de noche y lo van a
pasar muy mal para bajar de allí. Y tienen que cruzar el laberinto de grietas y
séracs de la Garganta! Por un momento pienso que en cualquier momento pueden
pedirnos ayuda. Me cago de miedo. Por un momento pienso en altruista, al
momento me vuelvo egoísta. Si se diera la situación: ¿nosotros tenemos que
meternos de noche en ese entramado de grietas del cual no conocemos nada para
ir a salvar a unos tios que deberían haber dado la vuelta hace horas? No se
como reaccionaría si sucediera, pero el miedo de meterme allí de noche me
hace creer que tal vez no les ayudaría. Veía en esos instantes más fácil
matarme cayendo en una grieta antes de llegar a ellos, que bajarlos sanos y
salvos. Por suerte eso no sucedió y los tíos llegaron como a las 3 de mañana
sanos y salvos al campamento. Hablaron un rato con los porteadores de la otra
expedición y se fueron para abajo. Al día siguiente con detalle los porteadores
nos explicaron que eran dos chilenos que habían subido en el día desde el base
y que se iban para Musho directamente. Menudos máquinas, a su lado nosotros
unos palanganas. Los tíos habían subido 2500 metros en el día, encima habían
hecho cima por el Escudo, y se metían a continuación 3700 m de bajada hasta
Musho. Desde luego, si no lo veo no lo creo.
Salimos hacia la Garganta dejando atrás campo 1 situado entremedio de muchísimas grietas |
Esta noche subir allí será un infierno le digo a Pau. Pues si, me responde él, ¿pero a eso habíamos ido, no? |
Nos hubiera gustado ver el Alpamayo, el Artesonraju, posar de modelitos de esta manera, de esta otra, y solo estamos en la cima el tiempo justo de tirarnos una triste foto e irnos. Así es la montaña |